Hoy mi mano está molesta
y me lo explica diciendo
que ella siempre escribe presta
lo que le dicta la testa
y, hoy, diría, le está huyendo.
Y, en mi cabeza, le digo,
que no haga un universo,
que hoy la testa, soy testigo,
ni una tiene consigo,
que no tiene ningún verso.
Y, en fin, que no haga querella,
porque ocurre, que, algún día,
la mano está tan vacía
como le pasa hoy a ella.
T.A.Y.
13.04.2018
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